viernes, 29 de junio de 2018

Frases de "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry (I Parte)

El Principito merece un lugar especial en mis lecturas. Fue el primer libro que leí por completo, hace más de diez años estando en la escuela. Y es el libro que más veces he leído, unas ocho veces creo —desde hace unos años lo leo siempre en diciembre—, aunque no repito las lecturas de otros libros, salvo algunas excepciones. He tenido la oportunidad de regalarlo, y también he tenido el placer de que me lo regalen. Es por eso que tiene mucho significado emocional para mí, y no podría ocupar una sola entrada para él. Así que lo haré en dos partes, y trataré de profundizar lo más que pueda en este libro.

El Principito: magia, filosofía, autobiografía, cuento, novela, poesía; reivindicación social y de la infancia, historia e Historia




La historia de El Principito, el niño de cabellos dorados, pidiéndole de forma misteriosa e imperiosa a un aviador extraviado el dibujo de un cordero en medio del desierto del Sahara; fue publicada por primera vez en abril de 1943 en la ciudad de Nueva York, en inglés. Luego, en 1946, cuando Antoine de Saint-Exupéry hacía dos años que había fallecido, fue publicada en francés. 

Óperas, danzas, obras teatrales y cinematográficas, parques temáticos, más libros… y hasta centros escolares. Todo eso, y mucho más alrededor del mundo, que podría ser casi imposible de enumerar; ha sido inspirado en una de las obras más traducidas y leídas en todo el mundo. El pequeño príncipe del asteroide B612, cumplió en abril pasado 73 años desde su primera edición. Además, en julio del 2014 se cumplieron 70 años del fallecimiento del autor; esto, de acuerdo a las leyes que rigen los derechos de autor en gran parte de los países pertenecientes a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO por sus siglas en inglés), convierte a la obra en un bien público. La obra ha sido valorada a partir de análisis filosóficos, políticos y sociales; llegando a conclusiones e interpretaciones que, acaso, nadie podría asegurar si tuvieron espacio en las reflexiones del escritor. Muchos la consideran una autobiografía de Antoine, en la que él, haciendo uso de metáforas y paradojas, expresa gran parte de su vida. Otros la ubican como una novela corta donde el autor expone su filosofía y sus posturas políticas y sociales, colocándola como un ensayo en el que se ocupa la narrativa como herramienta de argumentación. Algunas personas lo consideran como un simple cuento infantil, y se dice simple no por desmeritar la literatura infantil, sino en el sentido de que se cree que es un libro de fantasía sin mayor trascendencia social, política e histórica. 

Para llegar a un acuerdo, me referiré al escritor salvadoreño Francisco Andrés Escobar, quien califica a El Principito como poesía, pues, como lo indica Escobar, … la poesía no es necesariamente verso. La poesía consiste en decir verdades profundas con palabras bellas. (…) El Principito es poesía, aun cuando relata una historia, ella es solo un recurso para expresar verdades más hondas a través de símbolos. Toda obra de arte, en especial la literaria, siempre lleva consigo algo del autor, el caso de El Principito no es la excepción. Incluso podría asegurarse que Antoine estaba prediciendo su muerte al escribir El Principito, en tal sentido, es un poema, si cabe el adjetivo, autobiográfico. Además que es un poema con trascendencia espacial y temporal en temas, como se ha dicho anteriormente, políticos, sociales y filosóficos. Es una obra de arte que utiliza la palabra para expresar la belleza.

El Principito sin spoilers



El Principito es la historia de un niño que vive en un pequeño asteroide, el B612, del cual un día decide viajar, e ir de planeta en planeta en busca de amigos; dejando en su asteroide a una rosa que había germinado un día de una semilla llegada de quién sabe dónde. En su viaje, por supuesto, debía pasar por la Tierra, como para alimentar el ideal geocéntrico. Antes de su llegada a la Tierra, el Principito pasa por diversos planetas donde conoce a muchos adultos, en los cuales se evidencian diferentes males propios de aquellos que han olvidado que algún día fueron niños y pierden la magia de la infancia. Estos personajes hacen que el Principito, sorprendido por lo que encuentra en cada planeta, se diga para sí que las personas mayores son muy extrañas, ya sea por decepción o asombro. 

En su recorrido por la Tierra se encuentra con el Aviador —también narrador del libro—, al cual lo sorprende una mañana cuando, encontrándose a unas mil millas de distancia del lugar habitado más próximo, le ruega que le pinte un cordero como si esto fuese lo más importante en su vida. A partir de este encuentro, el Aviador se inicia en el conocimiento de un muchachito, como él mismo lo llama, que le parece misterioso, caprichoso y encantador al mismo tiempo. En la aventura del Principito en la Tierra, éste conoce a otros seres, humanos y no humanos, que lo hacen reflexionar sobre el valor de la Rosa que él ha dejado en su planeta. Gracias al Principito, el Aviador experimenta un cambio en su interior que lo lleva a valorar todo eso que la infancia nos regala y que en nuestro paso hacia “la madurez” dejamos olvidado. 

Hablar de El Principito es hablar de amistad y apatía, inocencia y corrupción, amor y desilusión, lealtad e infidelidad, alegrías y tristezas, confusión y sosiego… Temas inagotables para los seres humanos, esta especie que lucha cada día por encontrar un camino que haga valer la pena nuestra existencia. Temas, está de más decirlo, abordados por muchos libros, pero en ninguno como en El Principito. Por esta razón, sin ánimos de hacer spoiler, quienes han leído el libro, siempre andan en busca de su zorro, de reencontrarse con su rosa, de encontrar un pozo en medio del desierto y de limpiarse de sus retoños de Baobabs. 

¿Para quiénes es el libro? Para responder esta pregunta, se debe responder otra: ¿para quiénes es la poesía? ¡Exacto! Para personas de todas las edades. Si nunca se ha leído el libro, la primera recomendación es, por supuesto, leerlo; y para quienes ya lo han leído, volverlo a leer. Todos los libros enseñan algo diferente al leerlos en distintas edades, pero el caso de El Principito es excepcional. ¿Cómo se demuestra? Si se lee el libro, la pregunta se responde sola.

Antoine de Saint-Exupéry, aviador y autor




Antoine Marie Roger de Saint-Exupéry nació el 29 de junio de 1900 en Lyon (Francia). Fue el tercer hijo de cinco, producto del matrimonio entre el vizconde Jean de Saint-Exupéry, quien falleció cuando el autor tenía apenas cuatro años; y Marie de Fronscolombe, de quien heredó la sensibilidad artística. 

La vida de Antoine estuvo marcada por muchos cambios que lo llevaron a reinventarse en distintas áreas de su vida: académico-laboral, artística y amorosa. En 1909 se mudó con su familia a Le Mans y ahí estudió con los jesuitas. De 1915 a 1917 estudió en Suiza en un colegio marista. De nuevo en París, después de no aprobar el examen de ingreso a la Escuela Naval, se inscribió en Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes. En 1921, al realizar su servicio militar, se convierte en piloto e inicia sus primeros vuelos, los cuales abandonaría en 1923 producto de un accidente y por influencias de su prometida Louise de Vilmorin, quien en ese mismo año cancela su compromiso matrimonial con el autor. 

Antes de iniciar su carrera como piloto comercial en 1929, fue inspector de una fábrica de ladrillos y representante de los camiones Saurer. En esta etapa escribe la mayor parte de su obra, producto de sus viajes como piloto. En 1931 se casa con la salvadoreña Consuelo Suncín, relación que fue rechazada por su familia. En 1938 tuvo un accidente en Guatemala que lo dejó convaleciente por un amplio período de tiempo. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, tras la caída de Francia ante Alemania, Antoine se muda a Nueva York, donde continúa escribiendo. A pesar de recomendaciones médicas de no volar, sus deseos de colaborar en las fuerzas francesas lo llevaron a incorporarse a éstas en 1943. Falleció el 31 de julio de 1944 cuando el avión que pilotaba fue derribado por las fuerzas alemanas. 

Otras obras publicadas: 
  • El aviador (L'aviateur), 1926 
  • Correo del Sur (Courrier du Sud), 1928 
  • Vuelo nocturno (Vol de Nuit), 1931 
  • Tierra de hombres (Terre des Hommes), 1939 
  • Piloto de guerra (Pilote de Guerre), 1942 
  • Carta a un rehén (Letter to a Hostage), 1944 
Además de estas obras, se publicaron otras en forma póstuma.


En la segunda parte ampliaré sobre la relación que tuvo Antoine con Consuelo, cómo ella estuvo presente en El Principito y, por supuesto, las frases del libro. ¡Felices lecturas!