viernes, 29 de diciembre de 2017

Frases de "El Retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde.

 

El Retrato de Dorian Gray escrita por Oscar Wilde es considerada una novela de terror gótica, aunque inicialmente fue publicada como un cuento en 1890 en una a revista mensual literaria estadounidense. Cuando Wilde la transformó en novela, agregó nuevos capítulo y nuevos personajes al cuento, y fue publicada por primera vez con esas modificaciones en 1891. A partir de 1901, cuando los derechos de autor del libro fueron vendidos, la novela sufrió muchas reediciones en los años siguientes. La novela nos plantea el dilema de si vale "vender el alma" con el propósito de conservarse joven y bello.


La novela se centra en Dorian Gray, un atractivo joven al que el pintor Basil Hallward decide retratar después de quedar fascinado por su belleza. Motivado por la forma de vida de Lord Henry, amigo de Hallward, Dorian decide entregarse al placer y los vicios, pero le asusta que esa vida se acabe al terminarse la belleza de su juventud. Dorian desea conservar la apariencia que tiene en el retrato de Basil, y de una manera misteriosa ese deseo se cumple. A partir de ese momento, Dorian se ve envuelto en una vida de libertinaje, placer y decadencia. Él permanece joven y bello, pero su retrato sufre las consecuencias de su nueva vida.

En el momento en que alguien se sienta a pensar, todo él se convierte en nariz o en frente o en algo espantoso. 


Es mucho mejor no ser diferente de la mayoría. Los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo. Se pueden sentar a sus anchas y ver la función con la boca abierta. Aunque no sepan nada de triunfar, se ahorran al menos los desengaños de la derrota. 


Cuando alguien me gusta muchísimo nunca le digo su nombre a nadie. Es como entregar una parte de esa persona.


Los que son fieles sólo conocen el lado trivial del amor, es el infiel quien sabe de sus tragedias.


Tengo que confesar que nunca me contó que fuese bien parecido. Las mujeres no aprecian la belleza; al menos, las mujeres honestas. 


Dicen que cuando mueren, los americanos buenos van a París rió entre dientes sir Thomas, que tenía un gran armario de frases ingeniosas ya desechadas.
¿De verdad? Y, ¿adónde van los malos? quiso saber la duquesa.
Van a los Estados Unidos murmuró lord Henry.
En los días que corren la gente sabe el precio de todo y el valor de nada.


No te cases, Dorian. Los hombres se casan porque están cansados; las mujeres, porque sienten curiosidad: unos y otras acaban decepcionados. 


Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve.


Las personas que sólo aman una vez en la vida son realmente las personas superficiales. A lo que ellos llaman su lealtad, y su fidelidad, yo lo llamo sopor de rutina o falta de imaginación.


Cuando somos felices siempre somos buenos, pero cuando somos buenos no siempre somos felices.


Y hazme el favor de no hablar sobre nada serio. Nada es serio en los tiempos que corren. Por lo menos, no debería serlo.


Me encantan los escándalos acerca de otras personas, pero las habladurías que me conciernen no me interesan. Carecen del encanto de la novedad.


¡Cielo santo! ¡Qué criatura elegí para adorar! Tiene los ojos de un demonio.
Todos llevamos dentro el cielo y el infierno, Basil.

Pero la juventud sonríe sin motivo. Es uno de sus mayores encantos. 


Me gustan los hombres con futuro y las mujeres con pasado 
respondió lord Henry. ¿O cree que sería demasiado grande el desequilibrio?

Si después de esta publicación quieren leer la novela, en este enlace la pueden descargar y leerla en PDF. ¡Felices lecturas!