viernes, 29 de diciembre de 2017

Frases de "El Retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde.

 

El Retrato de Dorian Gray escrita por Oscar Wilde es considerada una novela de terror gótica, aunque inicialmente fue publicada como un cuento en 1890 en una a revista mensual literaria estadounidense. Cuando Wilde la transformó en novela, agregó nuevos capítulo y nuevos personajes al cuento, y fue publicada por primera vez con esas modificaciones en 1891. A partir de 1901, cuando los derechos de autor del libro fueron vendidos, la novela sufrió muchas reediciones en los años siguientes. La novela nos plantea el dilema de si vale "vender el alma" con el propósito de conservarse joven y bello.


La novela se centra en Dorian Gray, un atractivo joven al que el pintor Basil Hallward decide retratar después de quedar fascinado por su belleza. Motivado por la forma de vida de Lord Henry, amigo de Hallward, Dorian decide entregarse al placer y los vicios, pero le asusta que esa vida se acabe al terminarse la belleza de su juventud. Dorian desea conservar la apariencia que tiene en el retrato de Basil, y de una manera misteriosa ese deseo se cumple. A partir de ese momento, Dorian se ve envuelto en una vida de libertinaje, placer y decadencia. Él permanece joven y bello, pero su retrato sufre las consecuencias de su nueva vida.

En el momento en que alguien se sienta a pensar, todo él se convierte en nariz o en frente o en algo espantoso. 


Es mucho mejor no ser diferente de la mayoría. Los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo. Se pueden sentar a sus anchas y ver la función con la boca abierta. Aunque no sepan nada de triunfar, se ahorran al menos los desengaños de la derrota. 


Cuando alguien me gusta muchísimo nunca le digo su nombre a nadie. Es como entregar una parte de esa persona.


Los que son fieles sólo conocen el lado trivial del amor, es el infiel quien sabe de sus tragedias.


Tengo que confesar que nunca me contó que fuese bien parecido. Las mujeres no aprecian la belleza; al menos, las mujeres honestas. 


Dicen que cuando mueren, los americanos buenos van a París rió entre dientes sir Thomas, que tenía un gran armario de frases ingeniosas ya desechadas.
¿De verdad? Y, ¿adónde van los malos? quiso saber la duquesa.
Van a los Estados Unidos murmuró lord Henry.
En los días que corren la gente sabe el precio de todo y el valor de nada.


No te cases, Dorian. Los hombres se casan porque están cansados; las mujeres, porque sienten curiosidad: unos y otras acaban decepcionados. 


Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve.


Las personas que sólo aman una vez en la vida son realmente las personas superficiales. A lo que ellos llaman su lealtad, y su fidelidad, yo lo llamo sopor de rutina o falta de imaginación.


Cuando somos felices siempre somos buenos, pero cuando somos buenos no siempre somos felices.


Y hazme el favor de no hablar sobre nada serio. Nada es serio en los tiempos que corren. Por lo menos, no debería serlo.


Me encantan los escándalos acerca de otras personas, pero las habladurías que me conciernen no me interesan. Carecen del encanto de la novedad.


¡Cielo santo! ¡Qué criatura elegí para adorar! Tiene los ojos de un demonio.
Todos llevamos dentro el cielo y el infierno, Basil.

Pero la juventud sonríe sin motivo. Es uno de sus mayores encantos. 


Me gustan los hombres con futuro y las mujeres con pasado 
respondió lord Henry. ¿O cree que sería demasiado grande el desequilibrio?

Si después de esta publicación quieren leer la novela, en este enlace la pueden descargar y leerla en PDF. ¡Felices lecturas!

viernes, 24 de noviembre de 2017

Frases de "Cinco Cerditos" de Agatha Christie



Agatha Christie es una escritora británica que ha cautivado a muchos con sus más de ochenta novelas; sesenta y seis de ellas, policíacas. Sin duda es una autora de lectura obligatoria para los amantes de este género. Personalmente, ya había tenido la oportunidad de leer Asesinato en el Orient Express, y me había quedado con deseos de leer otra novela de ella; Christie me había atrapado en esta novela (pueden leer la entrada sobre este libro aquí). Esta entrada es especial por dos cosas; la primera, porque es una de mis novelas favoritas; y, en segundo lugar, porque este libro me lo regaló mi novio para mi cumpleaños, ya que sabía que amo los libros, y que precisamente estaba esperando poder leer otra novela de Agatha. ¡Gracias por el libro, mi amor!




Hércules Poirot, el detective protagonista de la mitad de las novelas policíacas de Agatha, también lo es de Cinco Cerditos. En este caso, Poirot deberá resolver un caso que aconteció dieciséis años antes. Carla, una joven que está a punto de casarse, acude al detective para esclarecer la muerte de su padre, el pintor Amyas Crale, de la cual su madre fue la principal sospechosa, y murió cumpliendo su condena en la cárcel. Antes de casarse y continuar con su vida, Carla desea limpiar la imagen de su madre que, según ella, fue condenada injustamente. ¿Podrá Poirot ayudarle a cumplir este deseo? ¿O solo le confirmará lo que ella teme: que su madre fue quien asesinó a su padre?

Cinco Cerditos no solo ofrece un tema controversial, que pueda tocar tópicos sensibles, como un posible asesinato entre miembros de una misma familia, las consecuencias de los actos de los padres en la vida de sus hijos, y otros temas que envuelven la trama; sino que, como una buena obra policíaca, también juega con nuestra mente al creer que ya sabemos quién es el culpable, pero nos obliga a cambiar de opinión a cada momento.


Ejemplar de Cinco Cerditos que mi novio me regaló.

Esta novela se divide en tres partes. En la primera parte (Libro Primero), Poirot se reúne con el abogado defensor del caso de Caroline, madre de Carla. Junto con él, Hércules determinará a quiénes debe investigar para encontrar al verdadero culpable. Establecen que los principales sospechosos son cinco personas: el mejor amigo del pintor, el hermano del mejor amigo, la ex amante de Crale, la hermanastra de Caroline y la institutriz de esta última. Poirot visita a cada uno de los sospechosos y es en esta primera parte donde se responde la pregunta ¿por qué Cinco Cerditos? Pero eso se los dejo de tarea para cuando lean el libro.




En el Libro Segundo, Poirot recibe un relato escrito de cada uno de los sospechosos. Aquí sabremos por qué Agatha es tan aclamada como autora de novelas policíacas, puesto que con cada relato nos invadirá la certeza sobre el autor del crimen, luego dudaremos, para terminar invadidos por la confusión sobre el verdadero asesino. En el Libro Tercero, Poirot, después de leer las cartas, da su propia versión de los hechos y nos da una explicación sorprendente, descubriendo cómo sucedió todo realmente. Espero que las siguientes frases les animen a leer el libro, y que no encuentren muchos spoilers.

Es el valor, la insistencia, la fuerza despiadada de la juventud. Shakespeare conocía a la juventud. Julieta escoge a Romeo. Desdémona reclama a Otelo. No tienen dudas los jóvenes, ni temores, ni orgullo,


Las Elsas de este mundo son adoradoras de héroes. Un hombre ha de haber hecho algo, ha de ser alguien...


Oh, ya sabe usted lo que son las mujeres. No saben contenerse. Han de agarrarse del moño para quedar satisfechas.


Sólo estoy seguro de una cosa. Amaba al hombre a quien mató. Le amaba tanto, que la mitad de ella murió con él...


Con las mujeres, el amor ocupa el primer lugar. Los hombres, y los artistas especialmente, son de otro mundo distinto.


—¿Por qué no puede pintar un pintor algo alegre a la vista? ¿Por qué salirse de su camino en busca de la fealdad?
—Algunos de nosotros, mon cheri, vemos belleza en lugares raros.


Pero siempre veré su rostro como estaba aquella tarde. Pálido y en tensión, con una especie de alegría desesperada.


Hablaba y reía mucho. Pero sus ojos... había en ellos una expresión de angustia que resultaba lo más conmovedor que en mi vida he conocido.


La juventud es cruda: la juventud es fuerte; la juventud es poderosa... sí, ¡y cruel! Y alguna cosa más: la juventud es vulnerable.


En estos tiempos, monsieur Poirot, lo que un marido pueda objetar no se toma nunca en serio.


Es inevitable. Las mujeres siempre están dispuestas a recibir a un detective particular. Los hombres le mandan a freír espárragos.


Se fijó en sus manos, manos muy bellas; pero con uñas largas y curvadas. Manos de ave de rapiña.


Si era desgraciado con su esposa y podía ser feliz conmigo, ¿por qué no? Sólo se vive una vez.


Elsa, ¡maravillosa criatura! Jamás hubo nada tan bello. Y no obstante, tengo miedo. Soy demasiado viejo.


Soy demasiado viejo. Un demonio de edad madura y genio horrible, sin estabilidad alguna. No te fíes de mí; no creas en mí, nada valgo, excepto mi trabajo


Como todos los hombres, era un niño mimado. Esperaba que todo el mundo le mirase a él.


¡Enamorarse de él! Me parece a mí, monsieur Poirot, que, sean cuales fueren nuestros sentimientos, podemos dominarlos decentemente.


A veces decía: «¡Al diablo con todas las mujeres!» O bien: «No te cases nunca, chico. Aguarda a morir para conocer el infierno».


¡Al diablo con todas las mujeres! Si uno quiere vivir en paz, es preciso que se mantenga alejado de todas ellas.


He de reconocer que estaba increíblemente hermosa aquella tarde. Eso suele ocurrirles siempre a las mujeres cuando han conseguido lo que quieren.


Si digo que cuando vi a Amyas Crale todas las demás personas parecieron disminuir de tamaño hasta desaparecer por completo, creo que habré expresado la sensación que causó en mí, todo lo bien que puede expresarse.


Supongo que podría decir que durante las siguientes semanas fuimos muy felices. Pero felicidad no es la palabra adecuada. Fue algo más profundo y que asustaba más que eso.


La gente que más daño nos hace es la que nos escuda contra la realidad.


Aquella muchacha le había echado la garra y no pensaba soltarle. Él era como de cera en sus manos.


Aparte de todo lo demás, le dejaba a él en muy mal lugar y a los hombres no les gusta eso. Les hiere en su vanidad.


La señorita Greer tenía la misma cara que el gato que ha conseguido beberse el jarro de leche. ¡Todo satisfacción y ronroneo!


Las mujeres saben dónde es probable que otra mujer esconda una cosa.


Jamás me he sentido más llena de vida, más triunfante, más llena de poder. Le vi morir... Le vi morir...


Ella y Amyas... los dos escaparon... Marcharon a donde yo no podía alcanzarlos. Pero no murieron. Fui yo quien murió. 

Les pedí a algunas personas en Facebook que me dieran su opinión sobre esta novela (o sobre la obra de Agatha en general), y estas son dos de las reacciones que obtuve:

Andrés Chi 
¡El mejor libro que he leído sobre detectives! Poirot me encanta muchísimo más que Holmes.


Jose Alberto Estremadoyro 
Agatha fue una excelente escritora de historias policiales.

Luego de mi reseña, las frases del libro y las opiniones de otros lectores, ¿se animan a leer esta novela? Espero que sí. Acá les dejo este link donde pueden leerla y descargarla en formato PDF. ¡Felices lecturas!

viernes, 27 de octubre de 2017

Frases de "La Casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca




Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca fue un escritor español, conocido como Federico García Lorca, que destacó por sus trabajos en poesía y teatro. La vida de Lorca se vio truncada a sus treinta y ocho años al ser fusilado tras el golpe de Estado que originó la Guerra Civil Española. A pesar de que nunca se afilió a ninguna fracción política, su posición de funcionario como secretario del ministro de Instrucción Pública, Fernando de Ríos, lo comprometió como afín a la República y lo llevó a la persecución y posterior fusilamiento. Lorca fue acusado de "socialista y masón"; y además le atribuyeron "prácticas de homosexualismo y aberración"(1). Según algunos comentaristas, Salvador Dalí, Emilio Aladrén, Rafael Rodríguez Rapún y Eduardo Rodríguez Valdivieso habrían sido, en algún momento, los hombres de su vida y de sus obras (2). 




Hablando de la obra, La Casa de Bernarda Alba tuvo que esperar nueve años después del asesinato de Lorca para poder ser publicada y representada en las tablas. La novela narra la historia de Bernarda, madre de cinco hijas, quien ha enviudado por segunda vez. Bernarda decide guardar luto de una manera extrema, obligando a sus hijas —todas "en edad de merecer" como lo expresa La Poncia, una de las criadas de Bernarda— a guardar también luto. Las hijas, Adela, de veinte; Martirio, de veinticuatro; Amelia, de veintisiete, Magdalena, de treinta; y Angustias, de treinta y nueve; deberán vivir aisladas del mundo, sin derecho a divertirse, ni a socializar y, lo peor para ellas, sin la posibilidad de conocer a un futuro esposo.




Lorca captura el rol de la mujer —si es que lo tenía— en la España del siglo XX. El destino de la mujer era el de ser esposa, ama de casa y madre. Eso era lo anhelado por las hijas de Bernarda, pero para lograr todo eso, debían empezar por algo: conseguir a un hombre que les diera esa categoría de "mujer completa". Bernarda niega esa oportunidad a sus hijas, a excepción de Angustias; quien es la mayor de todas, y fruto del primer matrimonio de Bernarda, y que ha heredado una fortuna. Esta herencia es vista con ambición por Pepe Romano, el pretendiente que intentará casarse con Angustias. El futuro de Pepe y Angustias se ve afectado por la envidia de las otras hijas de Bernarda, quienes también quieren tener un marido propio, y si es posible, arrebatar a Pepe de las manos de la mayor.




La Casa de Bernarda Alba nos habla del deseo de la mujer del siglo pasado de superarse por medio del matrimonio con un hombre que le pueda brindar la aceptación de la sociedad, el poder que ejercían los padres y madres—en este caso específico el de la madre, Bernarda— en el destino amoroso de sus hijas, la aspiración de guardar las apariencias para tener buena reputación a costa de la infelicidad propia y la de la familia. También habla de los mitos que existían, y que aún persisten en la sociedad, sobre el papel de la mujer en la intimidad, sobre su derecho a decidir sobre su placer y sus limitantes en materia de libertad sexual frente a los privilegios de los hombres. Al final, se puede ver que todos esos estereotipos culturales solo provocaron que la vida de toda la familia fuese más insoportable e infeliz, aunque Bernarda jamás llega a comprender —o quizás a aceptar— esa verdad. Tal vez no a todos les gusta leer teatro, pero si nunca han leído teatro, La Casa de Bernarda Alba es un excelente comienzo.




Este libro lo leí hace aproximadamente dos años, es un libro que se lee rápido y se disfruta mucho. Lo conseguí en una de mis visitas a una venta de libros usados a la que acudo regularmente —se pueden encontrar buenas ediciones, en muy buen estado y a excelentes precios—. Les dejo las frases que más me gustaron:

Pero yo soy buena perra; ladro cuando me lo dice y muerdo los talones de los que piden limosna cuando ella me azuza


Los pobres son como los animales. Parece como si estuvieran hechos de otras sustancias.


—Los pobres sienten también sus penas.
—Pero las olvidan delante de un plato de garbanzos.


Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que al oficiante, y a ése porque tiene faldas. Volver la cabeza es buscar el calor de la pana.


—No tendrás queja ninguna. Ha venido todo el pueblo.
—Sí, para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas.


Es preferible no ver a un hombre nunca. Desde niña les tuve miedo. Los veía en el corral uncir los bueyes y levantar los costales de trigo entre voces y zapatazos, y siempre tuve miedo de crecer por temor de encontrarme de pronto abrazada por ellos. Dios me ha hecho débil y fea y los ha apartado definitivamente de mí.


¡Qué les importa a ellos la fealdad! A ellos les importa la tierra, las yuntas y una perra sumisa que les dé de comer.


Aunque Angustias es nuestra hermana aquí estamos en familia y reconocemos que está vieja, enfermiza, y que siempre ha sido la que ha tenido menos méritos de todas nosotras, porque si con veinte años parecía un palo vestido, ¡qué será ahora que tiene cuarenta!


¿Pero has tenido valor de echarte polvos en la cara? ¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la misa de tu padre?


A vosotras, que sois solteras, os conviene saber de todos modos que el hombre a los quince días de boda deja la cama por la mesa, y luego la mesa por la tabernilla. Y la que no se conforma se pudre llorando en un rincón.


—¡Tanto te gusta ese hombre!
—¡Tanto! Mirando sus ojos me parece que bebo su sangre lentamente.


—Nacer mujer es el mayor castigo.
—Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen.


Una hija que desobedece deja de ser hija para convertirse en una enemiga.


Yo lo encuentro distraído. Me habla siempre como pensando en otra cosa. Si le pregunto qué le pasa, me contesta: «Los hombres tenemos nuestras preocupaciones.»


No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos.


Bernarda cree que nadie puede con ella y no sabe la fuerza que tiene un hombre entre mujeres solas.


—¡Es que son malas
—Son mujeres sin hombre, nada más. En estas cuestiones se olvida hasta la sangre.


No levantes esa voz que me irrita. Tengo el corazón lleno de una fuerza tan mala, que sin quererlo yo, a mí misma me ahoga.


¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como si fuera doncella. ¡Nadie dirá nada! ¡Ella ha muerto virgen! Avisad que al amanecer den dos clamores las campanas. 

Con la última frase sé que doy un gran spoiler, pero sin duda es una de las frases que más me marcó. En ella se explica muy bien el valor que se le daba a la mujer por su virginidad —y la deshonra que significaba para aquellas que ya no tenían esa "virtud"—. Si quieren leer la obra o descargar su PDF, lo pueden hacer aquí. Ahora les comparto unos comentarios sobre el libro de personas que me dieron su opinión en facebook. ¡Felices lecturas!

Silvia Lodeiro
Es una obra de teatro, por lo cual no es lo mismo leerlo que verlo actuado. Es muy bueno, muestra la realidad de la sociedad española de cierta época. García Lorca es un excelente escritor, así que la obra es muy buena.


Jose Miguel González
He visto solo la adaptación en teatro y es muy buena.


Jonatan Villagra
Es una obra de teatro que cuenta la vida de varias mujeres, como la madre de varias hijas, con unas reglas por de más desaforadas y un final directo. Habla de las apariencias, la soledad de una mujer, edad, lo prohibido y mucho más. El final me resultó cómico, lo súper recomiendo.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Frases de "Asesinato en el Orient Express" de Agatha Christie


Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie es una novela de misterio en la que Hercules Poirot, el detective por excelencia en las novelas de Agatha, debe investigar el asesinato de uno de los pasajeros de un tren en marcha (pueden leer el resumen aquí), ese tren es precisamente el Orient Express.


Este fue el primer libro que leí de Christie, es una de sus novelas más famosas y es muy interesante. Para quienes les atraen las lecturas de detectives, policíacas o de misterio, esta novela es imprescindible, así como muchos de los libros de Agatha. Espero se animen a leerlo luego de revisar las siguientes frases:





Me gusta ver a un inglés enfadado. Son muy divertidos. Cuanto más emocionados están, menos dominan la lengua

Me fijé más en su traje que en su cara. ¡Somos así las mujeres!  

—Está usted poniendo palabras en mi boca, señorita.

—¿Y también ideas en su cabeza? No lo creo. Las ideas están ya ahí. ¿No es cierto?

Es quizás una falta peculiar de los detectives. Nosotros queremos que la conducta sea siempre consecuente. No consentimos los cambios de humor.

Es una mujer fría(...)No apuñalaría a un hombre pudiéndole demandar ante los tribunales.

Ese hombre me da mala espina. Duerme en el compartimento contiguo al mío y no me gusta. Anoche atranqué la puerta de comunicación. Me pareció oírle andar por el pasillo.

Él le clavó la mirada escrutadora y tras una pausa dijo:

—Pienso, madame, que su fuerza reside en la voluntad…, no en su brazo.

Ella se contempló los escuálidos brazos enfundados en las negras mangas, brazos que terminaban en unas manos amarillentas, como garras, con los dedos cubiertos de valiosas sortijas.

—Es cierto—dijo—. No tengo fuerzas en ellos… ninguna. No sé si alegrarme o deplorarlo.

—Media hora después de medianoche tropezamos con la tormenta de nieve. Nadie pudo abandonar el tren a partir de entonces.

—El asesino, por tanto —anunció Bouc solemnemente—, todavía está entre nosotros.

Lo imposible no puede haber sucedido; por tanto, lo imposible tiene que ser posible, a pesar de las apariencias.

Solo en América puede haber un hogar familiar compuesto por diversas nacionalidades.

—Entonces —anunció Poirot—, como ya he expuesto mi solución ante todos ustedes, tengo el honor de retirarme completamente del caso.


Por si se animaron a leerlo, acá tienen un enlace donde lo pueden descargar y leer en PDF. ¡Felices lecturas!

viernes, 25 de agosto de 2017

Frases de "El Infierno" de Guillermo Rodríguez

El Infierno es una colección de veinte cuentos del escritor argentino Guillermo Rodríguez. Los cuentos de Rodríguez son, como él mismo lo dice, violentos y con muertes brutales, que están llenos de matarifes, curanderas, rufianes y otras yerbas semejantes. Podemos encontrar descripciones magistrales de asesinatos y situaciones que se dan en el campo, en prostíbulos y lugares con ambientes similares; con pobreza, con instinto de sobrevivencia, con odio, con sed de vanganza.

Este libro me gustó mucho porque utiliza un lenguaje muy sencillo, pero bien colocado, y existe una gran unidad entre los cuentos, podría decirse que muchos personajes de algunos cuentos son incluso conocidos, vecinos, familiares, amigos o enemigos de los de otros cuentos. Las siguientes frases —y algunos fragmentos— corresponden a diferentes cuentos de este libro (pueden encontrar más cuentos de él en una colección que publicó la Editorial Plus Ultra de Argentina, Cuarenta Cuentos Breves Argentinos). No he podido recuperar frases de todos los cuentos porque este libro lo leí hace ya varios años, pero espero que con las frases que están en esta publicación puedan animarse a leer al menos alguno de los veinte cuentos del libro.

En casa solían preguntarle por ella a Celedonio, y él respondía con una exclamación ambigua: un “¡bah!” que lo mismo podía significar “ahí está la pobrecita, siempre igual”, “no me pregunten por esa idiota” o “¡ya ven mi desgracia, una esposa ciega!”. 
-> Cuento “Querido papá”

Apoyó en el rostro de ella la mano derecha, llena de grasa de carro, y refregando la grasa por sus ojos, por su nariz, por su boca, y haciendo al mismo tiempo una enorme presión, la fue apretando contra la pared mientras una sonrisa cínica, terrible, le oscurecía la cara, en la que solo se veían los dientes manchados y los ojos reventados de odio, hasta que del cuerpo de la diabética —de todo su cuerpo— salió un quejido y, simplemente, se desmoronó. 
-> Cuento “Querido papá”

Sí, ya sé; falta lo del horror, lo de cómo logré que Celedonio llegara a ahorcarse. Fue sencillo… 
-> Cuento “Querido papá” 

Lloró con lágrimas de hombre, de niño, de mujer, lloró con todas las lágrimas. 
-> Cuento “Los que volvieron” 

… muchas lágrimas que también le mojaron la cara, el pelo, los hombros, cuando se abrazó al hijo que se iba, al hijo que ya sabía que no volvería a ver jamás, pero que tenía que irse, porque sobraban hijos y faltaba comida… 
-> Cuento “Los que volvieron”

Muchachas dispuestas a enfermarse de cosas de mujeres para que las revise el Dr. Galloso que, lógicamente, también es ginecólogo, a ver si así le despiertan las ansias para el único casamiento que pueda elevarlas —en el pueblo— a la envidia general y, luego, a la aspirada condición de madres de doctores. 
-> Cuento “El cambio”

Porque al fin de cuentas don Higinio había muerto viejo, a esa edad en que la muerte ya no es un desastre. 
-> Cuento “El cambio”

Con el Dr. Galloso la cosa era distinta. Tenía un respeto más: ser médico, pero un grandioso respeto menos: no ser Dionisio. 
-> Cuento “El cambio”

El Dr. Galloso estaba aprobado porque era médico, es decir apenitas un punto menos que Dios. 
-> Cuento “El cambio”

Todo quedó en suicidio aunque hasta los sapos sabían, en el pueblo, por donde andaban los tantos. 
-> Cuento “El cambio”

Después pensó que no, que más valía un segundo de grandeza que toda una vida de mediocridades. 
-> Cuento “El círculo”

Dentro de poco no quedará nada. Ni siquiera su memoria en la memoria de quien lo amó. 
-> Cuento “El círculo"

No escribo por necesidad del alma ni por delectación estética, sino simplemente para dejar testimonio.
-> Cuento “El círculo”

Y el suspiro; eso era lo que más me molestaba, porque el suspiro siempre me ha parecido cosa de mujeres, de flojedad. 
-> Cuento “Yo hablo”

Bastaba con haber leído un solo libro, visto un solo paisaje y amado una sola vez para ser el dueño de toda la sabiduría, de todos los paisajes y de toda la felicidad. 
-> Cuento “El diablo”

… y a pesar de ello sin alergias (¡Dios mío!), sin sinusitis, sin jaquecas y hasta sin Dios (¡Dios mío!), en una aldea en la que vivir sin Dios era arrojarse a las llamas del infierno… 
-> Cuento “El diablo”

El club era el único lujo de él; la novela de las cinco, el único de la mujer. 
-> Cuento “Don Juan García y la ínfima luz”

Yo, Telésforo Gómez, tenido por forastero en Barrio Belgrano, pero que nací en la Cuarta en una época en que nacer no era difícil, aunque sí era difícil vivir. 
-> Cuento “Telésforo Gómez esperando” 

Espero que les haya gustado esta primera entrada. ¡Felices lecturas!